Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

El cine en los Mundiales (V): Suiza 1954

El cine en los Mundiales (V): Suiza 1954
El cine en los Mundiales (V): Suiza 1954
El cine en los Mundiales (V): Suiza 1954

MILAGRO ALEMÁN El maracanazo de 1950 se llevó la palma literaria y periodística, el mote sonoro, las leyendas de Varela y Barbosa y hasta algún que otro suicidio (si es que las crónicas no exageran, que ya sabemos cómo somos los latinos para algunas cosas), frente a la otra gran sorpresa futbolística de los Mundiales, quizá mayor dada la diferencia abismal (8-3 habían ganado los magiares en la fase previa) entre los dos finalistas: el Wankdorfazo, el Milagro de Berna, la victoria de Alemania sobre la imponente Hungría capitaneada por Ferenc Puskas en el Mundial de 1954 en el Wankdorf Stadion de Berna. La única diferencia en favor del mito de 1954 es que (¡Aleluya!) esta final sí tiene película, y una muy interesante: El milagro de Berna (2003), una cinta sobre aquel pie de página de la historia, a menudo aprovechado para hacer metáforas facilonas sobre el resurgir de Alemania como país tras la derrota en la II Guerra Mundial y el posterior reparto (si decimos saqueo, nadie se enfada) de las potencias vencedoras tras la caída del nazismo. Una bonita casualidad, eso sí, que además ha sido excusa recurrente en el cine alemán en otras ocasiones.

GOLES CRUZADOS Al cineasta Sönke Wortmann, futbolista en su juventud (del Erkenschwick y del Westfalia de Herne, en la segunda alemana) se le ocurrió cruzar en El milagro de Berna las historias de varios personajes (una Magnolia futbolera, vamos), incluidos varios miembros del equipo alemán entrenado por Sepp Herberger, durante el transcurso del Mundial. Alrededor de aquel seleccionador, una figura mítica de la que aún se recuerdan varias máximas muy vigentes hoy como “El partido dura 90 minutos y el balón es redondo”, frase utilizada por cierto al principio de [ver aquí] la excelente película alemana Corre, Lola, corre (Tom Tykwer, 1998), van apareciendo un reportero en el Mundial, el chaval de una familia rota, un soldado prisionero en la URSS desde la guerra, un suplente del equipo campeón y otros muchos ejemplos válidos de cómo el fútbol podía interactuar con el destino de la gente. Detalles como la presencia de Adi Dassler, el fundador de Adidas, para proporcionar botas nuevas a los futbolistas en la concentración son la guinda para enganchar a los futboleros, pero además la ambientación es primorosa, la recreación del juego en la final (el partido se juega casi completo en pantalla) es muy interesante, con futbolistas anónimos actuando (uno de los lastres de la relación entre fútbol y cine) ante la pantalla con dignidad, el trabajo digital para reconstruir el estadio Wankdorf es minucioso y el guión no rebosa melaza buenrrollista. Es esperanzador, sí, como el futuro de las películas de fútbol tras ver qué puede hacerse en pantalla con criterio y sensibilidad.

El cine en los Mundiales (V): Suiza 1954

MATRIMONIO DE FÚTBOL Y CINE Pero hay más: un realizador tan poco sospechoso de futbolero como Rainer Werner Fassbinder también supo rentabilizar aquella final de Berna, aquel triunfo de Alemania, y lo plasmó en la catártica escena final de El matrimonio de María Braun (1979). Sí, Fassbinder era futbolero, y introdujo la narración radiofónica original en alemán de aquel partido como imagen de esperanza contrapuesta a la tragedia que persigue a la protagonista (Maria Schygulla interpretó a María Braun) durante toda la película.

EL 'BAMBINO' DE LOS HUEVOS Por si fuera poco, también hemos sabido de aquel Mundial que tan malos recuerdos nos dejó en nuestro país, a través de nuestro cine. La selección española no se clasificó para Suiza’54, con mucha mala suerte, la verdad. España se jugaba el pase frente a Turquía en una eliminatoria a doble partido. En Madrid vencieron los nuestros por un contundente 4-1. En la vuelta se perdió por un gol a cero en Estambul, pero como en aquella época no se compensaban los resultados, hubo que ir a un partido de desempate en campo neutral. España presentó un equipazo con figuras mundiales como Kubala frente a un combinado de segunda fila. Y ocurrió lo que nadie imaginaba, una historia que se cuenta en el filme Los ases buscan la paz (1954, Francisco Rovira Beleta), un curioso filme (al que la propaganda franquista metió mano para destacar la deserción del jugador) sobre las desventuras de Ladislao Kubala para cruzar el Telón de Acero desde Hungría y llegar a España, con muchas mentirijillas, pero una anécdota casi mundialista real: justo antes de comenzar el dichoso partido de desempate para llegar al Mundial, celebrado en Roma, llegó una nota al vestuario español una nota con membrete de la FIFA en la que se impedía al futbolista hispanohúngaro disputar el partido por cuestiones burocráticas y presiones de Hungría, un misterio que nunca fue del todo aclarado. En el filme, en el que el propio Kubala se interpreta a sí mismo desolado por no poder ayudar a su compañeros, don Matías Prats padre, narra el España-Turquía, una nueva decepción La película no pasa de ahí, pero lo que sigue en realidad es aún peor: un empate a 2 nos llevó a un sorteo puro, y el ínclito bambino Franco Gemma, un niño italiano [ver aquí] de 13 años con los ojos vendados, metió su mano inocente en el bombo improvisado y sacó el papelito de Turquía, en otro final digno de película.

EL CINE EN LOS MUNDIALES:

[Uruguay 1930] [Italia 1934] [Francia 1938] [Brasil 1950] [Suiza 1954]

[Suecia 1958] [Chile 1962] [Inglaterra 1966] [México 1970] [Alemania 1974]

[Argentina 1978] [España 1982] [México 1986] [Italia 1990] [EE UU 1994]

[Francia 1998] [Corea y Japón 2002] [Alemania 2006] [Sudáfrica 2010] [Brasil 2014]

Sigue 'Fútbol y Cine' en TWITTER

Mostrar comentarios

Códigos Descuento