OPINIÓN

Los Premios Feroz

Los Premios Feroz
Los Premios Feroz
Los Premios Feroz

Pasas por Callao justo cuándo tu ex está en el photocall de los premios Feroz con la guarra esa. Coño, ya es mala suerte. ¿Te habrá visto? Pides a diosito que no. Vas sin maquillar y llevas el pelo recogido en una coleta, como siempre que vas al bar de la Corredera dónde trabajas ahora. Y tú que pensabas que iba a ser algo temporal, un pequeño interludio entre una serie y otra. Sí, sí, temporal...

Y una polla. OCHO MESECITOS llevas ahí. Y los que te quedan.

Menos mal que te salió aquel Microteatro. Eso te puso otra vez en el mercado. Te gustó volver a sentirte actriz. Y te sentiste muy cómoda con el personaje. Un papel corto pero jugoso: SILLA 1. No hablabas mucho. Bueno, no hablabas nada, las sillas no hablan, claro. Pero ahí estaba el reto. Interpretar a una silla. Con toda su gama de emociones. Con todos sus claroscuros. Con todas sus contradicciones. Un bombón para una actriz. Fantaseabas cada noche con una visita sorpresa de Almódovar. Nunca se produjo. O sí. Chuchi, el que hacía de BOMBONA DE BUTANO 3, el que se lío contigo en aquel camping de Caños de Meca, que luego resultó ser gay pero poco, juraba que aquel señor que vino aquella noche, el del turbante gris y la bufanda atada a la cara que se fue a la mitad de la función, era Pedro. Psch, a ti te pareció un vagabundo.

Desde aquello nada. Bueno, sí, aquel piloto que grabaste para aquella webserie: Encadenados. La escribía, producía, dirigía e interpretaba (es un decir) Pablo, un chico gay de gorra gigante y barba poblada que te llamaba "cariño" todo el rato. Quedaste con él en la terraza del Delic y allí, mientras os tomabais dos cafés y una porción de tarta de zanahoria (pagaste tú), te contó el argumento de la serie: Javito, un gay de provincias tierno y alocado llega a Madrid desde su Albacete natal dispuesto a cumplir su sueño: casarse con Eduardo Casanova y conseguir un papelito en The Hole. Tú hacías de Kika, una mariliendre resabiada con ganas de mambo enamorada de Javito en secreto. La webserie era una mezcla, según Pablo, de "John Waters, Fassbinder y Dunia Ayuso y Félix Sabroso". Según Pablo tenía "material" para 3000 capítulos. Tú con cinco minutos de grabación tuviste suficiente. Hasta otra, pringao.

Los gritos de la masa al bajarse Martiño Rivas de un coche te hacen volver a la realidad. No quieres estar ahí. Te pones la capucha de la sudadera e intentas escabullirte entre la multitud de pobres diablos que se arremolina en la plaza para ver a las estrellas. No puedes evitar echar miradas de reojo a la puerta del cine. Míralos, están todos.

Blanca, María, Nacho, Carlos, Dani, Inma, Belén, Hugo, Nora, Aura, Roberto...

¡Tú tenías que estar ahí! ¡Tú tenías que estar nominada a los premios Feroz!

Tropiezas con el puesto de castañas. Joder, que vergüenza, eso te pasa por no mirar por dónde vas. Todo el mundo te mira. ¡Te mira! Cuánto tiempo hace que no pasa eso. Ahora solo te piden copas. Sí, sigues estando más o menos buena, pero tú no quieres miradas de deseo sexual. Quieres miradas de admiración, de arrobamiento, de pleitesía... Pestañeas de forma cuca, como te enseñaron a hacerlo en aquel curso de formación actoral que diste en Londres "Told by an idiot". Seguro que te han reconocido. Estiras el cuello. Sabes que lo tienes bonito. Y muy expresivo. Te lo dijo J., el director, cuándo te invitó a su casa para hablarte de las "nociones del personaje" que querías que interpretaras en su nueva película, la que se iba a rodar en Formentera.

Hablar hablasteis poco, la verdad.

¿Cómo? ¿No te reconocen? Pero si sólo han pasado cinco años desde que interpretabas a la seductora pero campechana Laura. Salías en prime time cada semana, joder. Lo petabas. Tú y tus otros 18 compañeros de reparto. Erais lo más. Os daban ropa. Y pases gratis para el gimnasio Palestra. Y cócteles en el Jose Alfredo...

Mírate ahora, agachándote para recoger una castaña del suelo.

¿Qué ha pasado? ¿Qué fue mal?

Decides despedir a tu agente. Puto inútil. En el último año solo te ha conseguido dos cástings. Y los dos para anuncios de teléfonos móviles. Le tiendes la castaña a la castañera. La miras con ojos tiernos y musitas un "Lo siento". Ella agradece tu gesto con un amable "¡A ver si tienes más cuidado, hijaputa". Qué carácter más agrio tiene la castañera. Y que fea es, por dios. Bueno, como todos los de esa plaza que no están en el photocall. ¿Por qué la gente normal es tan fea? Miras a la puerta del cine Callao: qué guapos son todos, que porte, que andares, que sonrisas magnéticas... Miras al otro lado: niñatas con acné que chillan a Mario Casas como gansos enloquecidos, gays de provincias con tupé y minichaquetita vaquera con hombreras que agitan sus manitas intentando llamar la atención de Rossy, vejestorios desocupados de bocas desdentadas, cincuentonas de pelo cardado color caoba y voz cazallera que preguntan dónde está María Teresa Campos...

Que puto horror. Tú no perteneces a ese grupo de freaks. Tú tendrías que estar al otro lado. Con las estrellas. Con los flashes de las cámaras. Con tu ex. Te escondes detrás de una farola y le miras. Sigue con la barba. La barba que TÚ le dijiste que se dejara. Él no quería, decía que le hacía mayor, pero tú le insististe. Déjate la barba. Te hace más hombre. Te da carácter. Y te tapa el labio, que lo tienes muy fino. Al final se la dejó. Y al poco tiempo le dieron el papel de camarero canallita que le ha lanzado al estrellato.

Miras a la putita con la que sale ahora. ¿Qué habrá visto en ella? Sí, es mona, pero poquita cosa ¿no? Con esa vocecita de ratita. Y esas piernas tan delgaduchas. Y no tiene tetas, plana total. No vale nada. Y eso que ha mejorado con los años. Te acuerdas de cuándo las dos estabais en el Estudio de Juan Carlos Corazza. Ya era una trepa entonces. Se la veía venir. Como te quitó aquel papel, CAMARERA 1, en aquella obra experimental que representasteis en La Casa de la Portera. Tuviste que conformarte con el papel de ESCARABAJO 1. No te importó. Le sacaste mucha miga a un papel difícil. Lo clavaste. Juan Carlos te felicitó. Chúpate esa, putita. 

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Alberto López (@alberto2) es guionista. Su película favorita es La fiera de mi niña. Odia a Damon Lindelof.

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