OPINIÓN

El capítulo piloto

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El capítulo piloto

Os han invitado a todos los guionistas a ver la proyección del primer capítulo de la serie en la que estáis trabajando. Qué cabrones. Para las fiestas de la productora se hacen los locos. O para los photocalls. Tampoco os invitan al momento en el que el actor más lamentable de la serie coge un bolígrafo y firma el contrato por el que va a cobrar el triple de lo que cobráis vosotros. Recordadlo: el peor actor de la serie, el más conflictivo, el más lerdo, el que no tiene niguna gracia, el que siempre llega tarde, el que habla mal de sus compañeros… cobra el triple. Aunque no seamos injustos, no siempre cobran el triple. A veces es el cuádruple.

Pues eso, que os han invitado a la proyección del capítulo piloto.  ¿Qué interés podéis tener vosotros, los guionistas, en ver la destrucción de vuestra obra? Es como si al creador de la tortilla de patatas le invitasen a un pincho de tortilla de patatas deconstruida. Cuándo los guionista llegan a la productora ya están allí los actores. Con sus sonrisas, sus saltitos alocados, sus abrazos, sus selfies, sus besos… Siempre se están besando entre ellos. Siempre se están sobando. Adultos sin, aparantemente, ningún retraso, se pasan la vida tocándose, besándose y diciéndose lo mucho que se quieren.

A los guionistas les parece raro tanto besuqueo. Jero, un guionista junior recién llegado (camiseta de superhéroe, gafitas, mucho flow) mira a Pep, el guionista veterano (camisa blanca, mocasines, depresión crónica). Da gracias a dios por ser guionista y no tener que besar a Pep. Le aterra que sus labios entrasen en contacto alguna vez con los de Pep. Esos labios nicotinados de los que siempre salen puyas tan crueles… A Diana sin embargo sí que le gustaría besarla. Veinticuatro años, recién salida del máster. Pelirroja. Gafas de pasta. Siempre con un libro de Philip Roth en la mano. Pero sabe que es imposible. A Diana le gusta David. O Clara. No lo tiene claro. A ver si después de la proyección se van a tomar unas copas y la invita a la Filmoteca o algo…

Una de las actrices ya la está liando. La sobreactuada. La que pone siempre caras raras cuándo en una escena ella no habla. Qué maja es. Cómo llama “cariño” a todo el mundo. Ojo, que saca un palo de selfie. Enseguida, el resto de los actores deja de hacer lo que estaba haciendo (besándose, tocándose, diciendo lo mucho que se quieren) y acuden raudos a su lado. Los actores son unos zahoríes que tienen el superpoder de saber si alguien va a hacer una foto. Es admirable. “¡Corred, que Isa va a hacer un selfie!”, dice Moky, uno de los actores, el que hace el papel de Chopo, el macarrita bonachón de la serie. Moky y los demás se arremolinan en torno a Isa. Un selfie no es moco de pavo. Un selfie es la manera que tienen de posar con sus queridos compañeros y almacenar bonitos recuerdos para el futuro. También es la manera que tienen de ver el resto de la profesión, los infelices que siguen sin trabajo o trabajando de camareros, lo felices y guapos que son y lo bien que se lo pasan con sus “compis” con curro.

Sonrisa profidén, ojitos pícaros, morritos y… ¡selfie! Hala, para el Instagram.

#ConLosCompis #SoisLosMejoresOsQuiero #Felicidaaaaad #¡Amiguis!

Los guionista hacen algunos chistes en voz baja a costa de los actores. “Anda que… VAYA TROPA”. Pero de repente una de las actrices, Sara (rubia, tetas grandes, novia de Jon, moreno, alto, ex novio de Miriam, castaña, pizpireta, tuvo un rollo con Elisa, bajita, mona, con mala hostia) les saluda y todos se derriten. Una de las actrices LES HA SALUDADO. Los guionistas intentan hacerse los duros, aparentar que ellos están por encima de toda esa frivolidad, que no les importa no ser tan guapos, ni que no les regalen ropa, ni que no les inviten a clubs secretos en La Latina, ni comprarse tres pisos antes de los 27… Pero en el fondo les ENCANTA que la actriz les haya saludado. “Qué maja ¿no? Mira, se me acaba de ocurrir una trama para ella…”, dice Marcos, uno de los guionistas que aprovecha para decirle a Sara que ha escrito un Microteatro y que ella estaría perfecta en el papel de… Marcos no puede acabar porque llega Richard, uno de los técnicos y se la lleva. Se la ha follado fijo, piensa Marcos, resentido.

Los actores y los técnicos siempre hacen buenas migas. Es normal. Comparten madrugones y rodajes. Los guionistas son un cuerpo extraño. No tienen el glamour y/o la belleza de los actores. Tampoco tienen la sana actitud de “todo me da igual” de los técnicos. Están en un punto medio. Por lo general, intelectualmente son más sofisticados que los actores. Pero envidian los cuerpos perfectos y las saneadas cuentas bancarias de ellos. La relación entre los actores y los guionistas nunca es fácil. Saben que se necesitan pero también saben que no se entienden. El guionista no entiende, por ejemplo, que nada más llegar a la productora uno de los actores se le acerque y le diga que está encantado con su personaje, que vaya diálogos más graciosos, que menudas tramas más tronchantes escribe… PERO que a ver si es posible que su personaje no sirva sólo como apoyo, que a ver si puede tener alguna trama propia, que no es que no esté a gusto con el rol de su personaje, está encantado, menudo bombón, solo pide que, si es posible, si se puede, si no es mucha molestia, sea el protagonista de la serie.

El guionista no entiende a su vez que el actor no entienda que, sí, que puede que su personaje no tenga tramas propias, pero es porque es un personaje tan brillante, tan magistralmente escrito, tan perfectamente desarrollado, que se lleva las mejores líneas de diálogo de los capítulos. Que siempre es el contrapunto irónico e inteligente a las absurdeces que los demás personajes llevan a cabo… No, si está genial, si estoy encantado con el personaje, si tengo unos diálogos muy graciosos con unas tramas tronchantes, dice el actor, si lo único que pido es que mi personaje sea más…

Os llaman. Va a empezar la proyección del piloto. Todos corréis a vuestros asientos.

Una hora después finaliza el capítulo y todo el equipo: actores, guionistas, directores, productores, técnicos, primo de actor… aplaudís extasiados.

Esta serie lo peta fijo.   

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