Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Dinamitando a Di Stéfano

Dinamitando a Di Stéfano
Dinamitando a Di Stéfano
Dinamitando a Di Stéfano

Todo se acaba. Incluso las mejores historias de amor deportivo. Y no siempre bien. La temporada 1963/64 fue la última de Alfredo Di Stéfano en el Real Madrid. El ídolo del madridismo, la gloria deportiva más grande de la historia del club, tuvo sin embargo un difícil final en el club, enfrentado a Santiago Bernabéu. La derrota en la final de la Copa de Europa de 1964 frente al Inter de Milán fue su último partido como madridista. El presidente, además de responsabilizarle del fracaso, analizó muy fríamente (tal vez demasiado) la lenta (pero cierta) decadencia del futbolista, que no asumió bien el paso de la edad, muy comentada en los corrillos futbolísticos de la época. El debate era incesante: Di Stéfano seguía marcando la diferencia sobre el campo en muchos partidos, a pesar de su declive físico. La crisis de don Alfredo se comentaba hasta en las películas, como demuestra esta escena de Los dinamiteros (1964, Juan Atienza), aquella comedia triste sobre tres ancianos pensionistas que planean un atraco (con dinamita) a la oficina de seguros donde cobran su pensión. Pepe Isbert, uno de los tres protagonistas, llega a la parada del bus en la plaza de Cibeles. A su lado, mientras esperan, dos hombres discuten sobre el mítico 9 del Real Madrid. Esto es lo que se escucha:

–"Pero hombre, criatura, que sin Di Stéfano ganarían igual...".

–"En los avances se cansa, como reumático".

–"Que te digo yo que no, si jugaba Di Stéfano en su campo, ¿cómo quieres que pierda si jugaba con el Málaga?".

–"Tienes que reconocer que ya son los años, que no pasan en balde".

–"Que no se trata de eso...".

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