OPINIÓN

Día 5: Cataluña se instala en Donosti con 'Elisa K'

Día 5: Cataluña se instala en Donosti con 'Elisa K'
Día 5: Cataluña se instala en Donosti con 'Elisa K'
Día 5: Cataluña se instala en Donosti con 'Elisa K'

Íbamos andando por la calle buscando un restaurante que nos habían recomendado. Cuando hemos llegado allí y he visto que estaba cerrado, les he dicho a los periodistas que me acompañaban "Está tancat". Me han mirado con cara de sospecha. ¿Tancat? ¿He dicho tancat? ¿Desde cuándo hablas catalán?, me ha preguntado alguien. Y yo, que he estado un par de fines de semana en Barcelona y para de contar, me he sentido como cuando mis padres me sentaron en frente de la tele a ver Muzzy y aprendí a decir "I´m hungry". Tengo sobredosis de cine catalán.Y no es para menos. Elisa K, película catalana que compite a la Concha de Oro y que firman la pareja (profesional y sentimental) formada por Judith Colell y Jordi Cadena, es el plato fuerte del día.

La cinta, que ha recibido el aplauso del público (que últimamente no aplaude ni pá dios) es la historia de una mujer violada cuando era niña. "No es la historia de una violación", ha dicho Jordi Cadena en la rueda de prensa posterior al pase, "si acaso es una historia de recuerdos". Bueno sí, de recuerdos de una violación. Recuerdos que están filmados en blanco y negro y que ocupan los primeros tres cuartos de la película con una voz en off con pretensiones poéticas que cuenta lo que vemos en la pantalla (y que remataría a Hitchcock del disgusto): la vida de Elisa antes y después de ser violada. Los más aprensivos podéis estar tranquilos, la violación ocurre fuera de campo.

Los últimos quince minutos de la película, en color, relatan el momento en el que Elisa K recuerda que fue violada, con ataque de pánico incluido y con estética Lars Von Trier. Los directores han comentado que querían trabajar juntos desde hace tiempo y que con esta película, basada en un cuento de Lolita Bosch, vieron la posibilidad de aunar sus dos estilos. Éste "tú haz la primera parte en blanco y negro, que yo la segunda la hago en color", me parece una acertada repartición de las tareas conyugales, pero no me convence cinematográficamente, por la sencilla razón de que sus partes, unidas, no terminan de casar. Una pena porque las interpretaciones son un lujazo: tanto la de la Elisa Senior (Aina Clotet) como la de la Junior (Claudia Pons).

Por aquí, de cualquier modo, todo el mundo dice cosas de entendidos como "tiene muchas posibilidades de llevarse algún premio porque es cine de autor" o "es un ejercicio de estilo", aunque, he de decir, son los mismos que no se atreven a ver Misterios de Lisboa, la mastodóntica películas de cuatro horas con la que Raúl Ruiz concursa en la Sección Oficial.

misterios_de_lisboa_11

Siguiendo con el catalanismo, esta tarde se proyecta dentro de la Sección Oficial el pase previo de Pan negro, de Agustí Villaronga. Pero yo que la he visto en Madrid (en un pase previo al previo, se entiende), me voy a poner de gala para ver La noche que no acaba, el documental de Isaki Lacuesta sobre Ava Gardner en España. Así que mañana diré que el restaurante está closed. Qué de idiomas se aprenden en el festival de Donosti.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento