OPINIÓN

Día 4: En Donosti sólo se habla de Julia Roberts

Día 4: En Donosti sólo se habla de Julia Roberts
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Día 4: En Donosti sólo se habla de Julia Roberts

La señal premonitoria se me aparece a las 11.40 mientras desayuno en el café Picachilla, en frente del Kursaal. Acabo de salir de La mezquita (en sentido figurado, claro), una película del marroquí Daoud Aoulad-Syad y en la que, por primera vez, he sentido la llamada de Morfeo en un cine. Vamos, que me he dormido. Por eso, a la salida, con un esperanzador café doble entre mis manos, tardo en reaccionar ante el siniestro signo de mal augurio que se cierne sobre Donosti. Ante mis ojos, en el periódico oficial del festival, Lucía Etxebarría firma un artículo sobre Julia Roberts. Enseguida lo conecto todo. Falta media hora para el pase de Come, reza, ama. Esto no puede significar nada bueno.

La protagonista de Come, reza, ama, que viene a ser la autora del best-seller autobiográfico en el que se basa la película, Elizabeth Gilbert, debería caerme fatal. Tiene un marido que la quiere, amigos que cuidan de ella, es una autora de éxito, vive sofisticadamente en Nueva York y no es feliz. Una noche se pone a llorar en el baño y empieza a rezar: "Dios, mándame una señal y dime qué puedo hacer". Dios, que debe trabajar para Viajes El Corte Inglés, le dice: mira chica, deja a tu marido, tu casa de pija neoyorquina y vete a Roma a comer spaguetti, a la India a meditar y a Bali a montártelo con Javier Bardem. Debería caerme muy mal, digo, la protagonista de este viaje hacia el autoconocimiento personal, y sin embargo, empatizo con ella. ¿Será que Julia Roberts es tan maja, tan buena actriz que nadie puede enfadarse con sus personajes? Si no, Lucía Etxebarría, ven y quítame el malificio pseudo-feminista que me has echado en el desayuno. Prometo que no volveré a decir cosas malas de tus libros.

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A lo que íbamos. Salgo del pase que si sí que si no. Se nota en el ambiente que la película no ha gustado. Pero da igual, porque en ella convergen las dos estrellas más grandes del firmamento cinematográfico donostiarra en su 58 edición. Yo salvo la primera media hora. Julia Roberts hace un papelón de los buenos. Me convence Billy Crudup, Viola Davis en su papel secundario de amiga-cable a tierra, incluso Roma sale favorecida. Pero a partir de la India, se hacen demasiado evidentes los fallos en los que ha incurrido Ryan Murphy (Glee, Nip/Tuck) en su pretenciosa realización: hay tantos secundarios que el director se los ventila en dos o tres escenas perdiendo la potencial riqueza de los personajes a los que encarnan, la película es demasiado explicativa (en modo manual de autoayuda pero, seamos realistas, para quien no tiene el poder adquisitivo de Willly Fog, ofrece menos soluciones que un libro de Jorge Bucay), falta acción y sobra palabrería vacua. En cuanto a Javier Bardem, dejémoslo en que el problema es del personaje al que interpreta.

En la rueda de prensa que ha seguido al pase, con Bardem y Julia Roberts, la organización nos ha regañado. "Nada de preguntas personales", han dicho. Lo peor de todo es que tenían razón. ¿Recordáis a los periodistas que bailaban la conga en la fiesta de El Gran Vázquez? Pues estos han sido mucho peor. Boyero se ha ido a mitad de la rueda de prensa, hasta los *******. Luego en las crónicas se ha dicho que la rueda de prensa había sido sosa. ¿Qué querían, que apareciese Hugh Grant? A mí me ha parecido que la Roberts ha estado bien simpática ("¡Cuidado!", le ha dicho en español a un periodista que amenazaba con preguntarle a Bardem sobre el bombo de ) y que el español se ha portado como un tipo campechanote ("voy a empezar a rodar con Terrence Malick en octubre y estoy muy orgulloso", ha sido la avanzadilla que nos ha hecho de sus proyectos).

Esta noche el actor le entregará a su compañera de reparto el Premio Donostia 2010, así que aún nos queda Juliamanía para rato. Ahora os dejo que tengo que ver Home for Christmas (Sección Oficial) y Carancho con Ricardo Darín (Zabaltegi) y ya que estoy de viaje, me haré mi propia versión de Come (un pintxo), reza (ya lo he hecho esta mañana en La mezquita) y ama (...).

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