Día 3: Donosti no se olvida de Pasqual Maragall

El domingo. Es un día de la semana que ni fu ni fa, como las películas que he visto hoy en el 58ºl Festival de San Sebastián. 10.00, me despierto con mal cuerpo. He tenido sueños extraños con la fiesta de El Gran Vázquez, una suprema decepción. El protagonista Santiago Segura se fue pronto, Borja Cobeaga (director de Pagafantas) llegó tarde y un montón de periodistas bailaban la conga. Salgo del Europa –el hotel en el que el Festival aloja a la prensa– y pongo rumbo al Kursaal, donde proyectan Bicicleta, Cuchara, Manzana, documental dirigido por Carles Bosch que relata la lucha de Pasqual Maragall contra el Alzheimer que le diagnosticaron en 2007. Aparece el ex presidente de la Generalitat y pienso "aquí va a llorar hasta el apuntador". Cuando acaba la proyección todo el mundo le aplaude efusivamente porque el documental (que es emotivo, pero no formalmente impecable) es él, no su Alzheimer, ni el Alzheimer, sino Pasqual Maragall, su sentido del humor y su increible capacidad de lucha.

Salgo del Kursaal con la mitad de rímel con el que entré y pienso que un txacolí y un pintxo me vendrán bien para levantar los ánimos. Me acerco al Martínez porque es donde suelen ir los famosos a comer, pero tengo tanta suerte como en la fiesta de El Gran Vázquez. Está claro que mi faceta Gossip Girl tendrá que esperar a otro momento. Donosti se ha tomado el día libre en lo que a famoseo y chascarrillos se refiere, y ni siquiera Julia Roberts ha estado demasiado espléndida en su llegada nocturna junto a Javier Bardem al hotel María Cristina. Mañana será su día grande, con rueda de prensa, presentación de la película que traen –Come, reza, ama– y lo que se tercie.

Para la sesión de las 16.30 me he puesto las gafas de pasta. Miel, del turco Semih Kaplanoglu es la historia, contada in medias res, de un apicultor que se ha quedado colgando de un arbol de gran altura y se debate entre la vida y la muerte. La ganadora del Oso de Oro de la pasafa Berlinale ha dejado al público sin habla (pero con ronquidos).

A las 19.30 he visto en la sección Horizontes Latinos Norberto apenas tarde, una especie de Greenberg versión sudamericana que me ha dejado igual que estaba, de tarde de domingo. Su director, Daniel Hendler se empeña en contarnos la vida de un ser patético (interpretado por él mismo) y busca que lo odies cuando lo que verdaderamente consigue es que pienses "¿qué hago aquí viendo la miserable vida de este tipo?".

Para quitarme el domingo de encima me voy a ver por segunda vez Happythankyoumoreplease. Me gustó tanto la primera que estoy convencida de que Josh Radnor le va a poner un final feliz a mi día. Y mañana, Sección Oficial. Madrugón para ver a las nueve A Jamaâ, del marroquí Daoud Aoulad-Syad, y después saldré corriendo al pase oficial de Come, reza, ama. Julia Roberts, mañana no te nos escapas.