Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

¿Cuándo se jodió todo, George Best? Del regate de Cruyff al Hibernian, todo el fútbol de 'Trainspotting 2'

¿Cuándo se jodió todo, George Best? Del regate de Cruyff al Hibernian, todo el fútbol de 'Trainspotting 2'
¿Cuándo se jodió todo, George Best? Del regate de Cruyff al Hibernian, todo el fútbol de 'Trainspotting 2'
¿Cuándo se jodió todo, George Best? Del regate de Cruyff al Hibernian, todo el fútbol de 'Trainspotting 2'

Danny Boyle ha llenado de recuerdos T2: Trainspotting. Y el fútbol es el motor perfecto de la nostalgia por los 20 (o 21 según los puristas de la fecha de estreno) años que han pasado desde que Renton abandonó Edimburgo con la pasta.

Ya había fútbol en Trainspotting, golazo de Archie Gemmill mediante, pero esta segunda parte de Trainspotting hay más: todo comienza evocando (a la manera horterilla de Boyle: blanco y negro saturado, cámara lenta, efectos de movimiento de cámara) el patio de juegos de la cuadrilla: Renton, Spud, Sick Boy, Begbie y el ricitos de Tommy (que falleció en la primera entrega) juegan al balón the scottish way mientras hacen de las suyas rodeados de todos sus amigos.

Renton (Ewan McGregor) cambió la Escocia de los noventa por la posmodernidad de Amsterdam. Al hacerlo, se salvaba de la adicción a la heroína, pero, de alguna manera, traicionaba todo lo que había sido. Empezando por el celebradísimo gol de Gemmill a Holanda en el Mundial de Argentina 78. Amsterdam es Johan Cruyff y su regate imposible a Suecia en el campeonato del Mundo de Alemania en 1974. Renton se cambia de bando. No quiere seguir siendo un Loser.

El montaje de Danny Boyle con Renton en su nueva vida de cuarentón de gimnasio en Holanda abre con esa estampa de Cruyff y termina con el cabezazo de Van Persie a Iker Casillas en el Holanda-España del Mundial de Brasil 2014. Touché.

Pero esto es sólo el principio, porque toda la película está llena de referencias al equipo de los amores de los cuatro protagonistas. Ellos son hinchas del Hibernian F. C., el principal club de fútbol de Edimburgo (su rivalidad es el Heart of Midlothian), equipos ambos un poco al margen de esa guerra Celtic-Rangers de la ciudad de Glasgow, que es lo que normalmente nos llega del fútbol escocés. Aunque en puridad habría que decir que es de Leith, el barrio del puerto, el lugar de donde vienen estos muchachos que ya han alcanzado los cuarentaytantos. Bufandas y camisetas verdes ocupan espacio en varios planos del filme: en el pub, en casa de Sick Boy y hasta en vistas del estadio de Easter Road.

Pero lo que realmente une todo lo que estos muchachos dejaron atrás y el fútbol, a través del Hibernian, es George Best. El mítico futbolista norirlandés (1946-2005) pasó unos meses en Edimburgo, ya en el ocaso de su carrera, en la temporada 79/80. Lejos de los años gloriosos en el Manchester United (1963-1974), de vuelta de su primera etapa en la NASL (Los Angeles Aztecs, Fort Lauderdale Strikers), pasados sus despechados periodos en el Stockport County y en el Cork Celtic, y su temporada swinging London en el Fulham, Bestie recaló en Leith para jugar en el Hibernian. 17 partidos, en los que marcó 3 chicharros.

¿Cuándo se jodió todo, George Best? Del regate de Cruyff al Hibernian, todo el fútbol de 'Trainspotting 2'

En la escena clave del filme donde se desatan todos los efluvios nostálgicos que dan cuerpo sentimental a una película cuya peripecia es muy superficial, es George Best con la camiseta verde del Hibernian el recuerdo que explica cómo se sienten Renton y Sick Boy en su reencuentro: qué tienen hoy y qué han perdido por el camino. El caso es que su patético intento de explicárselo a Veronika la chica del Este de Europa por la que ambos compiten (la actriz Anjela Nedyalkova) es muy revelador. Renton recuerda el día que su padre le llevó al campo del Hibernian para ver jugar a George Best (no pudo ver nada, la grada de pie estaba llena y delante de él había un paisano enorme que le impedía ver al ídolo) entre imágenes de goles del maestro durante su carrera, golazo de George Best al Celtic de Glasgow incluido.

Ambos tratan de explicar a Veronika quién era George Best, en un intento desesperado por despejar la incógnita sobre quiénes son ellos mismos en realidad. Además de definir a Best cinematográficamente, quizá la comparación más estrambótica que he escuchado jamás: "era como John Barry, el compositor, pero con botas de fútbol" (sólo explicable por la pasión de Wick Boy por Sean Connery y sus pelis de 007, de las que Barry compuso varias BSO) la secuencia culmina con un momento muy celebrado por los dos amigos hoy enfrentados: es la anécdota (o más bien leyenda) del joven camarero de hotel de lujo que entra en la habitación de Best, se lo encuentra en una cama llena de billetes, con tres mujeres guapísimas y varias botellas de champán, y le dice, asombrado por cómo el futbolista destroza su carrera, pero sin reparar en que cualquier fracasado de la vida querría ser ese mismo George Best, acabado pero disfrutando de la vida: "¿Cuándo se jodió todo, George Best?"

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