OPINIÓN

Cuando Mark Hamill tocó fondo

Cuando Mark Hamill tocó fondo
Cuando Mark Hamill tocó fondo
Cuando Mark Hamill tocó fondo

Tras cerrar la ahora ya conocida como “trilogía original”, la cosa no pintaba muy bien para Mark Hamill. Sin guerras de las galaxias en el horizonte, su carrera fue cayendo en picado, y para 1990 ya había vuelto a sus orígenes: telefilmes de los malos. Claro que la apariencia de Hamill en 1990 no era la de finales de los 70. En 1977 aparecía advirtiendo a los chavales del peligro del alcohol en Diary of a Teenage Alcoholic. Pero ahora se iba a dedicar a revolcarse en uno de los subproductos que precocinaba la productora Trimark. En esta ocasión, se buscaba un tonillo levemente erótico, para venderla a canales por cable que hacían del cine “adulto” uno de sus reclamos, como eran Cinemax o la HBO Pero eso sí, levemente. Ni Historia de O ni Historia de A.

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Mujer de magia negra era una de las apuestas fuertes de la cadena, pues no sólo contaba con el otrora ídolo juvenil y actor de culta, sino que encima tenía en su reparto a Apollonia. Esta chica había saltado a la fama por su relación con Prince: en 1984 protagonizó Purple Rain junto a él y después iniciaron una relación musical y afectiva. Cuando le dejó, se fue liando con Lorenzo Lamas, Robin Crosby de Ratt y David Lee Roth. Era una habitual del papel cuché  y un rostro más que familiar para las espectadores de Cinemax.

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La cosa es bien sencilla. Un muy histriónico Mark Hamill es un merchante de arte que vive feliz en su nube de dinero y cocaína con su prometida Diane. Hasta que un día se le cruza Cassandra, la típica bruja que pide que le haga “un tour privado por la galería”, y se vuelve loco, loquito, por ella. Tan loco que al día siguiente descubre que se ha colado en su casa por las buenas… y en lugar de asustarse, va y se la tira.

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Apollonia está enamoradísima del tipo, tanto que se pone a hacer conjuros para ayudarle en su profesión. Así, un día su mujer y él se despiertan con una gallina sangrando colgado de su cama. ¡MIEDO! ¡VUDURL! El conjuro tiene éxito y el tipo vende un cuadro que vale un dineral. Pero, ay, su mujer cierra el trato y se lleva todo el mérito, cosa que le fastidia muchísimo. Cuando la bruja se entera de que es un hombre casado, y Luke le rechaza como rechazó a su padre, comienza su venganza.

Cuando Mark Hamill tocó fondo

Una venganza que consta en eso: matar gallinas, dejar huevos en  la cama y otras cosas del vudú. Hasta un predicador, atacadísimo de los nervios y sobreactuado como el Duende Verde de William Dafoe, le avisa que está maldito. Es una cosa de brujería, ya no hay remedio para el alma mía. Al final, son tantas las señales que su criada hispana le da una señal: ir a un curandero. No: éste no tiene puesta la canción de Santana, sino una espantosa versión 90s remezclada. ¿O qué os creíais?

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El final de la película es un largo exorcismo en el que el Sandro Rey mexicano se dedica a realizar una serie de rituales sobre un Mark Hamill que lo está pasando fatal. La malvada bruja entrará en cólera y se dedicará a matar a la criada, la chacha, la otra amante y un señor que pasaba por ahí para vengarse. ¿Sería un Sith o algo así? Y ojito, que la peli tiene un giro final a lo Shyamalan de flipar. De verdad: DE FLIPAR.

Hamill hizo un montón de cosas cutres antes de descubrir que lo mejor que hace es poner voces a personajes de dibujos animados, pero esto se lleva la palma. Cabe pensar si su agente no fue capaz de conseguirle otra cosa salvo un telefilme para explotar Atracción fatal, rodado en dos putos escenarios, que ejemplifica lo peor de la llamada “realización televisiva”. Pocas tetas, mucho torso de Hamill (que debió de entrenar para hacerlo) y un espantoso vestuario de 1990, ese momento entre cambio de época y tendencias.

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El filme tardó un año en encontrar distribución, y para entonces nuestro amigo ya había comenzado a levantar cabeza gracias a su papel en la serie Flash, el relámpago humano y doblando al Joker en Batman: la serie animada. Por no interesar, no interesó ni a sus responsables, así que fue estrenado en vídeo en algunos países y quedó rápidamente olvidado. Con toda justicia, además. ¿Los únicos que parecieron recordarlo? Efectivamente: las fans que suspiraron por Mark Hamill en su día y que, fielmente, le han seguido hasta en los momentos más duros. Como hacen también, sin duda, las de Camilo Sesto, con el que compartía revistas, pósters y aventuras galácticas, que también resurgió con el ‘Mola Mazo’ y ahora solo espera su propio comeback apoteósico. Mark, tú también has vuelto a molar mazo.

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