OPINIÓN

Crítica. Carlos, Rey Emperador: un Juego de tronos con exceso de información

Crítica. Carlos, Rey Emperador: un Juego de tronos con exceso de información
Crítica. Carlos, Rey Emperador: un Juego de tronos con exceso de información
Crítica. Carlos, Rey Emperador: un Juego de tronos con exceso de información

“Navega por cada reino y conoce a los personajes”. La web de Carlos, Rey Emperador se convierte en un mapa dividido entre Castilla, el Vaticano, Inglaterra, Flandes, Portugal y Francia. Es fácil asociar la nueva apuesta de ficción histórica de los creadores de Isabel con un Juego de tronos a la española. Seguro que George RR Martin encontró en parte aquí su inspiración porque materia prima no le falta, no hay más que echar un vistazo a la saga de los Habsburgo y compañía para descubrir parecidas tramas palaciegas, personajes igual de codiciosos, relaciones pasionales, traiciones y envidias. Si a nivel técnico las comparaciones sobran (léase presupuesto), no se pueden pasar por alto carencias que una serie tan ambiciosa como ésta no se puede permitir. El primer episodio pretende abarcar tantas tramas que algunas de ellas parece que nos sobren, no porque no interesen sino porque no encajan con el resto de la serie. La ambición de Hernán Cortés por descubrir otros territorios desde Cuba se acerca más a un tipo de serie tipo Black Sails que no pega nada con el ambiente regio del resto de la serie (ojo, que José Luis García Pérez está enorme, el personaje debería tener su propia serie). Se soporta mejor, aunque también frena el ritmo pasillero de los personajes, los diálogos de un cardenal Cisneros (Eusebio Poncela) en penumbra, intentando desde las sombras hacer efectivo el testamento de los Reyes Católicos.

Si Juego de tronos puede despistar por la abundancia de personajes, atentos a Carlos, Rey Emperador porque entre hermanos, esposas, amantes, consejeros y demás cuadrilla habrá más de un espectador que se pierda. La serie, es cierto, anima a empaparse de la historia de España, pero ante el televisor si no eres ducho en la materia aconsejamos abrir una pantalla adicional para ir entendiendo mejor los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar el futuro Carlos I de España y V de Alemania (ganas hay de ver al dulce Álvaro Cervantes volverse perverso y desconfiado).

En el primer episodio se echa en falta la presencia, tan publicitada, de Blanca Suárez, futura esposa de Carlos, Isabel de Portugal. Aunque lo compensa, desde Francia, Francisco I interpretado por Alfonso Bassave, futuro enemigo del rey y un villano que será, seguramente, lo más comentado mañana en el café (y TT en Twitter fijo). Si a este personaje mujeriego y tozudo se le perdona el exceso, no ocurre lo mismo con Laia Marull, como Juana la Loca (demasiado incluso para Juana la Loca), y, especialmente, con Eric Balbás, como Fernando de Austria, el hermano del futuro rey, cuyas aspiraciones fallidas le hacen revolverse en cada una de sus secuencias. Ni los indignados del 15M.

¿Debes ver Carlos Rey Emperador? El piloto se hace largo y algo lento en algunos de esos interminables diálogos en primer plano. Pero si fuiste seguidor de Isabel te interesará, también por sus localizaciones, el vestuario, la música y algunos magníficos (y veteranos) secundarios, y, tal vez, compensen estos momentos faltos de ritmo la gran crónica que se esconde detrás de cada una de sus secuencias. Eso sí, prepárate para una clase de historia en vena.

Además del mapa con los personajes, TVE ha incluido Carlos de Gante, una conversación entre el emperador y Francisco de Borja en la que se recrea su infancia y juventud.

Carlos, Rey Emperador se estrena esta noche en TVE.

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