Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Cartel 'berlanguiano' para el Mundial de España (y Portugal)

Cartel 'berlanguiano' para el Mundial de España (y Portugal)
Cartel 'berlanguiano' para el Mundial de España (y Portugal)
Cartel 'berlanguiano' para el Mundial de España (y Portugal)

En ocasiones, veo mu…, estooo, veo mundiales. En España, digo. Sí, hombre, sueño con Naranjitos y agresiones de Harald Schumacher pero adaptados a la España del siglo XXI. Pero últimamente, no, últimamente no sé que me pasa que lo veo todo muy negro.

Intuyo la causa: sin comerlo ni beberlo, he hecho coincidir mi periódica revisión de la ‘Trilogía Nacional’ del maestro Luis García Berlanga (cada cuatro o cinco años hay que volver a ver La escopeta nacional, Patrimonio Nacional y Nacional-III para que no se nos olvide qué somos y de dónde venimos) con la milonga esta de la elección de sede para los Mundiales de 2018 y 2022 el próximo 2 de diciembre. Y la he cagado.

Sí, la he cagado porque España y Portugal presentan una candidatura conjunta para que nos den el Mundial y no veo yo un personaje a la altura de José Luis López Vázquez con los contactos, los arrestos, y sobre todo, las brillantes ideas para que nos den el Mundial. Inglaterra tiene a Beckham en calzoncillos, Qatar tiene la colonia de Guardiola, Rusia tiene los gasodólares y las putas… ¿A quién coño tenemos nosotros? Claro, diréis, somos campeones del mundo, pero no os habéis dado cuenta de una cosa: José Luis López Vázquez, alias Luis José, hijo y heredero único del marqués de Leguineche (Luis Escobar, ídolo absoluto) en la saga berlanguiana, está muerto para desgracia, no sólo del cine español, sino de la historia de los Mundiales.

Recapitulemos: Patrimonio Nacional comienza con el regreso a Madrid desde su exilio (en su casa de campo de las afueras, que son aristócratas venidos a menos, pero también unos cachondos) de los protagonistas de La escopeta nacional. A pocos meses de que el PSOE gane las elecciones y de que España organice el Mundial 82 [en el blog: otras pelis sobre el Mundial 82], el marqués de Leguineche (Escobar) quiere reanudar relaciones con la Casa Real, mientras su hijo (López Vázquez) ha descubierto cuál es la única salida a las deudas que les acechan: Luis José quiere “ser Comisariado Regio para los Mundiales de fútbol del 82”. Con dos cojones. Y para convencer al monarca, se atreve a presentarle una de las ideas más geniales que se recuerdan. El cartel definitivo para el Mundial: el cuadro de La familia de Carlos IV, de Goya, con un balón añadido en el suelo (una idea con la que luego hicieron una versión para el póster de la película). Y no contento con el shock estético que provoca su descomunal idea, la explica: en el cuadro aparecen 13 personas, la familia real es un equipo de fútbol, con los dos suplentes incluidos (y excluyendo al pobre Goya, que está al fondo y ni pincha ni corta). ¿No es absolutamente genial?

Desde aquí, y ya que parece que se está poniendo difícil conseguir uno de los dos Mundiales, apelamos a la responsabilidad y a la cordura de las autoridades competentes y a la tradición monárquica de la Real Federación Española de Fútbol para que rescaten del olvido esta genial idea que además, como todas las obras maestras, es atemporal. ¿Qué digo atemporal, José Luis López Vázquez que estás en los cielos? Esa idea, esa genialidad de cartel, esa maravilla es… eterna.

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PD. En el vídeo, la prueba palmaria de que los problemas con Hacienda de los Leguineche en Patrimonio Nacional (Luis G. Berlanga, 1981) han agudizado su imaginación...

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