OPINIÓN

'Bull': el superdoctor que lo sabe todo de ti (¿demasiado perfecto?)

'Bull': el superdoctor que lo sabe todo de ti (¿demasiado perfecto?)
'Bull': el superdoctor que lo sabe todo de ti (¿demasiado perfecto?)
'Bull': el superdoctor que lo sabe todo de ti (¿demasiado perfecto?)

Bull, como el anuncio del algodón, no engaña. Cuando vemos por primera vez al protagonista, éste acierta tres de tres. Su perspicacia le hace infalible. Bull es un doctor, un psicólogo, que observa, analiza y acierta. Siempre. Su trabajo es convencer al jurado de la inocencia de su cliente. Para ello, cuenta con un equipo que ríete tú de los CSI. Cada uno controla una materia y se adelanta a los acontecimientos. Como en Person of Interest, pero a lo bestia. Todo vale, cualquier clase de tecnología, por muy ilegal que sea (tiene contratada a una hacker) para saberlo todo del jurado, del abogado, del cliente. Y cuando decimos todo es todo, y ahí entra en juego Internet, las redes sociales y los móviles. Entre los productores de Bull, Steven Spielberg, que sabe lo que funciona en un procedimental del siglo XXI, que es lo que pretende ser Bull. Series sobre juicios hay un montón, pero ahora que los documentales sobre falsos culpables proliferan y enganchan tanto era de esperar que surgiera alguna serie que tratara el tema con todos los adelantos posibles, como si lo viviéramos de primera mano. Para ello seguimos las elucubraciones de Bull, en realidad, personaje basado en el mediático Phil McGraw, el famoso doctor Phil que hiciera tan popular Ophra Winfrey, y que ahora presenta y dirige sus propios programas televisivos. Michael Weatherly no es calvo ni se parece en nada al personaje real. Todo lo contrario. Jason Bull viene a ser una mezcla de El mentalista (su encanto natural) con cierta socarronería de Castle (Bull es divorciado y se lleva bastante bien con las mujeres). Como  ocurría en la segunda temporada de American Crime, el piloto de Bull habla de un tema muy bien traído para llamar la atención sobre la serie: la salida del armario de un adolescente y todo lo que eso conlleva. Los hechos debieran ser lo que salve al falso culpable, pero como sabe Bull (o nos ha enseñado una serie como The Night of) esto no es suficiente. La comunicación no verbal (como en Miénteme) y el estilismo adecuado (como en Suits) son factores que se analizan en este episodio como esenciales para salvar el pescuezo. Pero, claro está, si no estuviera Bull (como ocurría ante el falso lupus con House) no habría la más mínima oportunidad. Bull se presenta así como una especie de superhéroe en la sombra (no se levanta de su silla ni participa de forma activa en el juicio) que no sólo salva a su cliente si no que es capaz a su vez de detener al verdadero culpable. Los 40 minutos se pasan volando, todo me fascina porque estamos en manos del avance tecnológico para bien y para mal, pero cuando acaba, me resulta todo excesivamente perfecto, todo TAN redondo, demasiado. Aunque una escena final sobre Bull nos intente hacer creer que el tipo lo ha pasado mal y que observa a los demás para no tener que analizarse a sí mismo (y bla bla bla) creo que de tan perfecta que intenta ser Bull acaba pareciendo artificial y poco creíble. La serie es de CBS que ya parió algo parecido con Scorpion, pero en vez de con un doctor lumbreras, con un equipo de geniecillos que ayudaban al FBI. Más que por su protagonista (demasiado encorsetado), creo que la serie mantendrá el interés si los casos se enmarcan en algún contexto social, que nos interese emocionalmente, como han hecho con el primer episodio. Y deberían cuidar más de los actores secundarios seleccionados, que en esta trama parecían de cartón piedra. Lo mejor de Bull es que intenta desmarcarse de los habituales dramas judiciales, con cierta sofisticación en los detalles realmente interesante, como cuando Bull “escucha” lo que piensan los miembros del jurado. Así, sí.

Bull se emite en Fox España.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento