OPINIÓN

Bigfoot vs Zombie: el duelo más patético del cine de terror

Bigfoot vs Zombie: el duelo más patético del cine de terror
Bigfoot vs Zombie: el duelo más patético del cine de terror
Bigfoot vs Zombie: el duelo más patético del cine de terror

Por mucho que tengamos cosas como Batman V Superman o Aliens v Predator, eso de titular titular a una película con un enfrentamiento entre personajes no deja de sonar cutre. A desesperación, incluso. Se puede hacer con algo de sutileza. Pero la sutileza nunca ha sido ha sido el modus operendi de Tomcat Films.

Ni menos el de Mark Polonia.

En Bigfoot vs Zombies (Mark Polonia, 2016) Volvemos a encontrarnos con la otra gran productora de “mockbusters”, aún peor que Asylum, con la falta de ánimo habitual. Especialmente cuando tenemos como director al hermano Polonia superviviente. cutre aliado con lo chungo, como Bertín Osborne apareciendo en un mitin de Vox. La trayectoria de estos hermanos se caracterizó por la caspa más extrema. El nuevo milenio no ha cambiado esto.

Vamos a ver de qué va esto (je). En una comunidad montañosa se esconde un laboratorio secreto. Allí trabaja un científico algo chiflado que inventa una fórmula para convertir cadáveres en zombies. ¿Trabaja para Umbrella? Pues no, pero casi.

Cuando tratan de deshacerse de ellos, los muertos resucitan y muerden a algunos vivos. Y en breve se supone que toda la zona está ya infectada. Una zona, eso sí, totalmente rural y con muy poquita gente, y por tanto, muy poquitos zombies. Creo que el número máximo que llegamos a ver es de unos siete. Y atención, que todos acuden a posar en un mismo plano como si fueran un grupo de britpop en un videoclip de los 90.

Mientras, tenemos por ahí a un cazador, una especie de Chuck Norris, con un atuendo absolutamente ridículo, que trata de ayudar con la situación y acaba topándose con un supuesto bigfoot. La mítica criatura resulta no ser más alta que la actriz principal, y como podéis ver, es un disfraz de carnaval de última hora, de la tienda de los chinos.

El bigfoot es mordido por los zombies, y como la protagonista trata de curarlo, se hace “amigo” de los humanos. Juntos intentarán escapar del recinto y huir de los zombies. No debería de ser muy difícil puesto que el laboratorio son dos habitaciones de una casa y ya. ¿Se convertirá el monstruo también en muerto viviente? Eso no lo sabemos ni lo sabremos nunca.

El prometido enfrentamiento entre las dos criaturas sucede, sí. Hay un par de escenas en las que el peludo ser lucha contra los muertos vivientes, pero son breves y bastante insatisfactorias. Uno pensaría que si los zombies tienen una ventaja numérica, el bigfoot tendría ventaja física. Pero no. Lo bajito del actor y lo insultantemente barato del disfraz arruinan cualquier tipo de escena en la que el bichjo muestre su potencia física. ¿Habéis visto a El Cejas cantando “Que te meto”? Pues este Bigfoot resulta tener el mismo nivel de amenaza.

Los zombis deberían de ser bastante más convincentes. Al fin y al cabo, bastaría con pintar gente de gris o azul y quizá añadir algo de sangre o putrefacción no. Pues no. Los tipos ni siquiera están bien maquillados, y en lugar de prótesis, hay algunos que se pasean por ahí con caretas de feria. El tipo de la tienda de disfraces debió de ganar al menos 12 euros durante el rodaje. Como hemos explicado antes, tienen cierta tendencia a esperar mientras todos se reúnen, posando para algún tipo de foto.

Quizá podíamos destacar alguna escena en la que se consigue algo de atmósfera, como aquellas en las que los muertos vivientes abandonan su lugar de descanso y buscan víctimas, similares a las de el arranque de El día de los muertos. Pero claro, ahí se supone que llevan meses, quizá años, esperando algún indicio de vida. ¡Aquí apenas llevan unas horas y ya están tirados en el suelo o dormitando en coches!

Bigfoot vs Zombies no es lo peor de los Polonia, ni lo peor que ha lanzado Aslyum. Su seriedad hace que uno pueda reírse de las peores partes sin sentir que le toman el pelo, apenas dura unos 70 minutillos, y los ataques zombies y demás comienzan desde el principio.

Ahora, que esta película, que no es más que una producción amateur, consiga distribución a través de un sello como Tomcat Films, es lo que me parece más increíble. Que sí, que Tomcat es absolutamente lo peor, pero joder: venden el producto a canales de TV de todo el mundo: ¡aquí a veces hemos visto alguna en Syfy o Mega! Que el director pueda ganarse la vida a base de hacer estas cosas me tiene totalmente fascinado. Respeto absoluto.

Bigfoot vs Zombie: el duelo más patético del cine de terror
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