Tristana (Catherine Deneuve en Toledo, Salto del Caballo y olé) se queda con ganas de meter la pierna (¡y qué pierna!), fetiche sexual, ortopedia cinéfila de primera división, para jugar con los chavales en el partidillo. Es la secuencia inicial de esta obra cumbre galdosiana llevada a la banda izquierda por un cambio de orientación letal de Luis Buñuel. Y eso que el genio turolense no era futbolero. Lo suyo era el boxeo, pero el golpe cinéfilo a la moral tradicional de la España negra y ¿eterna? fue, verlo para creerlo, un pelotazo.
*Texto sobre Tristana (Luis Buñuel, 1970) publicado en la revista Panenka de octubre 2014 (nº 34).
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