Assassin's Creed 3 - Nuevo mundo, viejos trucos

Assassin's Creed es una saga de ciencia-ficción (a pesar de lo que parece a primera vista) en la que se nos plantea la lucha entre dos sociedades secretas, asesinos y templarios, a lo largo de la historia de la humanidad para ocultar un gran secreto sobre el origen de nuestra especie. A estas alturas ya no es un spolier decir que el espíritu Ancient Aliens empapa la trama de esta saga, que ha conseguido posicionarse como una de las más apreciadas por los seguidores. Raro es asistir a algún salón del cómic y no tropezarse con algún encapuchado cosplayer inspirado en el juego. y no es para menos. Una historia profunda y bien trabajada, unos protagonistas carismáticos, y unos juegos realmente divertidos. También una saga polémica, especialmente por el elevado número de bugs (algunos muy llamativos) que salpicaban el código de la primera entrega en su lanzamiento.

En cualquier caso, una saga que ha atrapado a millones de jugadores y que nos ha hecho vivir algunos momentos históricos desde una perspectiva única: tras visitar los momentos de mayor apogeo de las cruzadas, la Italia renacentista o el momento de mayores tensiones sociales y políticas de Constantinopla, ahora asistimos al nacimiento de los Estados Unidos. Todo un salto temporal y geográfico para un nuevo protagonista y una vuelta de tuerca más a la saga.

Assassin's Creed 3 nos mete bajo la capucha de asesino de Connor Ratohnhakéton (que aunque tiene apellido de infame ritmo musical latinoamericano es un apellido Mohawk), un joven indio que será testigo del nacimiento de una nación y de una era de cambios. Evidentemente, la ambientación nos trasladará a parajes muy diferentes a los vistos hasta el momento en la saga: bosques, cumbres nevadas y ciudades como Boston o Nueva York cuando todavía eran meros puebluchos de edificios de madera y calles embarradas.

Los nuevos paisajes darán lugar a un nuevo tipo de juego, aunque las innovaciones sean pocas. Assassin's Creed 3 sigue siendo un juego donde el principal elemento será el sigilo y la estrategia. Dar con nuestra presa sin ser detectado y huir de allí sin dejar rastro.

Aunque ahora la naturaleza juega un importante papel, donde podremos cazar, tender trampas u ocultarnos entre las copas de los árboles, no aporta nada nuevo a la franquicia. Y si somos sinceros, tampoco aporta nada a la historia de los videojuegos, ya que en más de una ocasión el jugador pensará que está disfrutando del famoso Red Dead Redemption, que salió al mercado hace unos años, pero sin el carisma del que el título de Rockstar hacía gala.

Aunque esta nueva entrega de la saga Assassin's Creed es todo un portento técnico, no llega a los niveles de espectacularidad de entregas anteriores. Hasta la fecha, cada inicio de Assassin's Creed era la presentación majestuosa de una gran ciudad. En esta tercera entrega no tendremos esa oportunidad de quedarnos boquiabiertos (y tampoco mucho) hasta que la historia esté bastante avanzada y comencemos a poder movernos libremente por la naturaleza. Sólo las grandes batallas, (especialmente las navales) romperán un poco la monotnía: misiones como tener que rastrear la ciudad en busca de carteles de "se busca" no sólo se hacen pesadas, es que ya las has jugado en anteriores títulos de la saga). Esa perdida de espectacularidad, y la falta de innovaciones (nuevas armas y trampas no son una auténtica innovación) lastran un juego técnicamente muy potente. Gráficos muy detallados, animaciones realistas, un sonido MARAVILLOSO (y atentos a su banda sonora) y una gran jugabilidad son los ingredientes de un juego que aporta muy poco a la saga, y que hará que aquellos que no sepan de qué va Assassin's Creed se sientan apabullados y perdidos en al trama.

A pesar de ello Assassin's Creed es un juego terriblemente potente y recomendable que sólo flaquea cuando se le compara con entregas anteriores.

Esto es Bazinga!, donde sabemos que la cosa está muy malita incluso para el gremio de asesinos.

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