¿Alguien se acuerda de The Newsroom?

Ojalá me equivoque, pero si googleas The Newsroom Aaron Sorkin Apology darás en la clave. No hay nada peor en la parrilla televisiva de salida que un creador haciéndose el harakiri, hundiendo su propio barco. Porque los que habíamos tragado con todo (es fácil perdonar, yo lo hago continuamente con Ryan Murphy y sus perturbadas American Horror Story) nos preguntamos ahora si merece la pena participar de nuevo de la orgía dialéctica del Will McAvoy de The Newsroom. Especialmente en un momento en el que Jeff Daniels es “un tonto todavía más tonto”, navegando entre la intelectualidad de Aaron Sorkin y la mamarrachada de los hermanos Farrelly. El regreso de Homeland, sin Brody, es otro ejemplo de cómo (y cada vez más) aguantamos menos las bromitas de los guionistas, sus desmanes y caprichos. A pesar de que luego pueda remontar y veamos en sus cenizas florecer un nuevo reto de los guionistas, no es lo mismo, eso ya no es Homeland, como la segunda temporada de The Bridge no era The Bridge. Por cierto, cancelada. Las idas y venidas del megaculebrón Dallas, esas resurrecciones locas, por ejemplo, no habrían aguantado hoy sus 14 temporadas (bastante lo ha hecho su revival). No tenemos tiempo, queremos que nos den lo que nos gusta, sin marearnos, siguiendo el patrón –a lo Dexter y su código de Harry– de aquel original inicio que tanto nos enganchó. No es de extrañar que ante las segundas entregas de Utopía y Masters of Sex se nos haya resbalado el lagrimón, tuiteando: “¿Pero qué coño es ESTO? #nocompro”. Parecía intocable, pero ya hay más de uno que exige otra “sorpresa” en la sexta temporada de The Good Wife (Kalinda, te queremos). Miedo me da el regreso de True Detective y Fargo. Del amor al odio (también en TV) hay un paso.