Tal día como hoy, hace 31 años, se estrenó en Nueva York la película de fútbol más mítica de todos los tiempos. El 16 de julio de 1981, y sin la presencia de su director, el maestro John Huston, que no andaba muy bien de salud tras recuperarse a duras penas de un enfisema pulmonar, se celebró la première de Evasión o victoria. Sí acudieron sus principales protagonistas, que nos dejaron estas estampas inolvidables.
[Fotografías del libro Un partido de leyenda]
La terna formada por Michael Caine, Pelé y Sylvester Stallone, al comienzo de la fiesta, delante de una imagen del rodaje, con sus trajes veraniegos en tonos claros, con dos cojones. El plano americano no permite analizar muchos más detalles. Las antiparras de Caine lo ven todo...
Pero si abrimos un poco el plano, podemos analizar las tres maneras de afrontar el mismo estreno: Caine, sobrado, con copa (¿de champagne?) y puro todo muy dame-veneno-que-quiero-morir. Pelé, a lo Pepe el sonrisas, embarcado en su negicio de relaciones públicas de sí mismo, camisa abierta y americana sin abotonar, al más puro estilo racialfutbolístico. Stallone, por su parte, con su mejor cara de circunstancias, como a disgusto, no sólo en el estreno, sino en una película que no funcionó en la taquilla estadounidense. Sí fue un éxito en Europa, sin embargo, donde además, con el tiempo se convirtió en filme de culto.
Un rato después, pelillos a la mar, Pelé y Stallone, que eran las dos estrellas de la película, intercambian confidencias. Sylvester parece incluso dispuesto a olvidar los 1000 dólares que O'Rei le limpió en una apuesta: el actor aseguró que paraba al menos la mitad de una tanda de diez penales. No atajó ni uno solo.
–"¿Cuándo echamos otra pachanga, Sly?".
–"Mecagoentuputamadre, Pelé"
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